Bandoleros de la Región de Murcia

bandoleros Murcia

Bandolero en Murcia. La figura de un héroe – villano.

A partir del siglo XVII, y durante todo el siglo XVIII y XIX, proliferaron en la Región de Murcia, al igual que en toda España, los llamados bandoleros. Los bandoleros no son otra cosa que delincuentes, que robaban, mataban, y extorsionaban, a personas para robarle el dinero, o enseres. Algunos se metieron en política e incluso quisieron cambiar la bandera de Murcia. En la mayoría de los casos, los bandoleros robaban a personas ricas y adineradas. Muchos de estos bandoleros, se han ganado fama y prestigio, aunque fuese por su crueldad, en la historia de España. En España hubo bandoleros famosos como José María El tempranillo, o como Curro Jiménez.

Todos estos bandoleros a nivel nacional se focaliza en Andalucía. Andalucía era la mapa del bandolerismo en España. Y en Murcia, al igual que sucede en Andalucía, hay una orografía muy accidentada. Por ello Murcia, Almería, y la Vega Baja de Alicante, son lugares donde dos bandoleros han campando a sus anchas.

Los bandoleros gozaron de tal prestigio, debido a que fueron los primeros y más valientes ciudadanos, que se enfrentaron a los franceses y afrancesados en la invasión francesa de finales del siglo XVIII, y, sobre todo, en la Guerra de la Independencia, como fue el caso del “Empecinado”, cuya leyenda de honor, lucha y lealtad a España llega hasta nuestros días..

En Murcia uno de los casos de bandoleros más famosos fue el de la «Venta puñales» contra «el Periago». La venta es llamada así porque se corrió la voz que este bandolero iba a atracar una venta situada en el municipio de Ulea, en la Comarca del Valle de Ricote. El dueño de la venta armó a cada uno de los sus huéspedes con un puñal o navaja o espada, para que se defendieran los bandoleros. Cuando estos llegaron a la venta los huéspedes sorprendieron a los bandoleros con un puñal en la mano cada uno y la «banda del Vivillo» tuvo que marchar sin ningún botín, y «el Periago» finalmente terminó muriendo en una cueva en Molina de Segura.

Y es que el futuro de los bandoleros habitualmente era la muerte, y sobre todo la muerte prematura, ya que ninguno pasaba de los 20 o los 30 años de vida. En Cartagena, por ejemplo, hay fotos de bandoleros apaleados por el público y mostrados en la puerta del cuartel de la Guardia Civil o de los militares  para que todo el mundo viese el estado en el que había quedado el cadáver, y para que otros bandoleros se fijarán que si hacían esto el pueblo no se lo perdonaría. La zona del Valle de Ricote es una de las zonas donde más bandolero han existido en la Región de Murcia, junto al Valle Perdido, Algezares y toda la Sierra que rodea a la ciudad de Murcia. Se trata de una zona cuya orografía es rica y accidentada. Un valle, por donde surca el Río Segura, entre varias montañas, que resulta espectacular para cualquiera que quiere esconderse y no ser encontrada. Por ello a menudo, las bandas de forajidos maleantes y bandoleros recurriendo al Valle de Ricote para esconderse de las autoridades.

Algunos de los bandoleros más famosos fueron:

  • Juan Manuel Noguera (natural de Pliego)
  • Agustín Hilario (Natural de Torreaguera)
  • Agustín Peñas Buso
  • Diego Muñoz Carreta
  • El Rojo de Totana (Natural de Totana)
  • Juan Pelegrín el Mozo (Natural de Algezares)
  • Francisco Romero (Natural de Algezares)
  • Jaime Alfonso “El Barbudo” (Natural de Crevillente, pero murió en Murcia ahorcado “Ajusticiado)
  • Pedro Abellán “El Peliciego” (natural de Jumilla)
  • El Periago (y la banda El Vivillo)

Jaime Alfonso «El Barbudo»

Aunque «El Barbudo» no era de Murcia, sino de Crevillente merece la pena unas líneas, ya que pasó casi toda su vida en Murcia, fue capturado en la capital murciana, condenado y ajusticiado en la Plaza de Santo Domingo.

Jaime era un labrador, agricultor, natural de Crevillente (Alicante), que tras cometer un crimen tuvo que refugiarse en la provincia de Murcia huyendo del ejército que le perseguía por dicho crimen. Jaime fue haciéndose poco a poco con una banda, hasta llegar a ser más de 100 hombres armados a caballo, lo que le convertía en un pequeño ejercito.

La Sierra de la pila fue el lugar elegido para el escondite de la Banda del Barbudo, ya que era un lugar inhóspito, donde no entraba el ejército. En la Sierra de la Pila no sólo estaba la banda del Barbudo sino otras muchas bandas huyendo de la justicia.

Jaime era un hombre con unas firmes convicciones religiosas. obligaba a toda su banda a llevar un escapulario de la Virgen del Carmen, y en cada sitio donde estaba obligaba a los suyos a ir a misa. Además también era absolutista, ferviente seguidor de Fernando VII.

Por eso cuando el Gobierno le pidió a Jaime una tregua para combatir al enemigo francés en 1808 durante la Guerra de la Independencia, no se lo pensó. Pactó con el Gobierno y los crímenes por los que se le juzgaba fueron perdonados.

Jaime se convirtió en un héroe contra los franceses. Tras la guerra intentó volver a casa (Crevillente) y de hecho volvió, pero la vida de agricultor le sabía a poco después de todo lo vivido y volvió a las andadas. Juntó de nuevo a su banda, volviendo a la Sierra de la Pila y a atemorizar a los viajeros que pasaban por la provincia de Murcia.

El Barbudo colaboró con la sociedad secreta El Angel Exterminador, con su escisión murciana, donde se combatía a los liberales y se buscaba la restauración del absolutismo y hasta de la Santa Inquisición.

Incluso Jaime combatió a los liberales junto con los 100 mil hijos de San Luis para restablecer el absolutismo en España en la persona de Fernando VII.

Pero sus contactos con el gobierno le jugaron una mala pasada. En Murcia le ofrecieron ser Gobernador Civil con Fernando VII. A cambio tenía que deshacer su banda, y venir a Murcia a Caballo desarmado para jurar el cargo. Cuando estaba en Murcia, desde Madrid le dijeron que no le iban a perdonar, y que no querían a un criminal como Gobernador Civil y, por tanto, que lo capturaran, y lo enjuiciaran.

El Barbudo fue declarado culpable de multitud de crímenes y condenado a morir en la horca. El patíbulo se instaló en la Plaza de Santo Domingo, justo al lado del colegio Cierva Peñafiel y la Calle Basabé. El juez no solo dictó la orden de enjuiciamiento por asfixia (horca), sino que además ordenó que el cuerpo fuese descuartizado en 5 partes, que se tenía que freir con aceite, para que no se pudriesen, y fuesen llevadas en jaulas a lugares donde el Barbudo hubiese cometido los crímenes más importantes. De esta forma partes de su cuerpo fueron a parar a Crevillente, Fortuna, Murcia…

La leyenda del Barbudo es extensa, al igual que sus crímenes.

Cada uno tiene su historia, su leyenda, y su muerte o ajusticiamiento. El común denominador de todos ellos es la temprana edad a la que fallecieron. Pero sus sombras todavía recorren aquellos lugares inhóspitos de la geografía murciana.

La sierra de la pila fue el lugar donde más bandas de Bandoleros tenían su cuartel. Era un lugar en el que el ejercito no entraba. También la Cresta del Gallo (Ermita de la Luz) y algún territorio más de la vega baja.

La vestimenta era parecida a la de cualquier bandolero en el siglo XIX. Pantalón de pana con botas (para la monta a caballo), faja densa, camisa blanca o estampada y un chaleco. En invierno se cubrían además con una manta de buen tejido. La cabeza la cubrían con un pañuelo, de seda o de lana, dependiendo de la época del año.

Durante la guerra de la Independencia el Gobierno de España llegó a un acuerdo con muchos de los bandoleros para perdonar las fechorías a cambio de poner su banda al servicio de España para la lucha contra los Franceses. Muchos de ellos fueron considerados héroes.

Los más adinerados portaban un trabuco (revolver o escopeta) que portaban junto con navajas de grandes hojas. También escondían dagas en las botas

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6 comentarios
    • wiki1
      wiki1 Dice:

      Hola Antonio. Entiendo que a lo que se refiere como ficticio es la historia contada y enarbolada por TVE y la novela Curro Jiménez. En realidad tanto la novela como después la serie están basadas en un bandolero, llamado Andrés López y apodado Curro Jiménez. Pero su figura en realidad nata tenía que ver con la que se puede ver representada por el personaje de Sancho Gracia. Se trataba de un bandolero despiadado, sin honor, ni señorío que tuvo a media España atemorizada. Todo lo contrario que El Tempranillo, por ejemplo, que pese a ser un bandolero pasó a la historia por un hombre de honor.

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