ciudad de murcia

Historia de la Ciudad de Murcia

AÑO 825, INTRODUCCIÓN 

La Ciudad, hecha a medida del hombre, propicia el paseo, el encuentro, el descubrirla o redescubrirla cada día. De acusada personalidad barroca y de gran perceptibilidad para los sentidos, Murcia es singular.

Dice el pintor Ramón Gaya, al que la ciudad ha dedicado un cuidado y hermoso museo, que Murcia es ella y nada más que ella, la distingue ser ella y ninguna otra ciudad o cosa.

SIGLOS IX-XIII, PERÍODO MUSULMÁN 

De los orígenes al período musulmán

Poblada desde el Neolítico, aunque sometida al azar de las inundaciones por las crecidas del río Segura, la ciudad de Murcia fue fundada por Abderramán II en el año 825. En el siglo X era un lugar floreciente y centro capitalino, con una importante corte de artistas y científicos. Los restos arqueológicos hallados atestiguan un tráfico comercial intenso, que dio lugar a que desde las épocas romana y visigoda se diera una gran concentración humana en la zona.

 

Precisamente a los romanos se les atribuye el impulso de la ordenación agrícola de la huerta, iniciada en la época argárica, construyendo diques, presas y acequias, sobre los que los árabes estructuraron una ordenación definitiva. De su pasado musulmán se conservan restos de edificaciones, la muralla defensiva de la ciudad y los sistemas de canalización de regadíos de la huerta. Murcia fue la capital del reino. La estructura actual de la ciudad, el trazado de sus calles, son fruto de esa herencia árabe. En el año 1266 se incorpora definitivamente a la Corona de Castilla. En ella conviven durante la Edad Media judíos, moros y cristianos.

 

 

SIGLOS XIII-XV, ALFONSO X 

La Murcia de Alfonso X

A partir de la segunda mitad del siglo XIII la ciudad, en la que se concentran tres núcleos de población: cristiano, moro y judío, vive unos años de gran esplendor.

El Rey Alfonso X el Sabio, que permaneció largas temporadas en la ciudad, fue el monarca que estableció las bases socioeconómicas del municipio. Para repoblar las tierras procedió a repartirlas entre los caballeros que le habían ayudado en la conquista de la ciudad a los árabes. Concede a la ciudad, como único código, el Fuero de Sevilla y Toledo, creándose el Concejo en el que, junto a los nobles, estaba representado el estado llano, los Hombres buenos. La Ciudad recibe una serie de privilegios por parte del monarca, impulsores de su comercio y de unas nuevas normas de convivencia entre las distintas culturas y religiones, cristiana, árabe y judía.

 

SIGLO XV, LOS REYES CATÓLICOS 

Los Reyes Católicos

A lo largo del siglo XV se promulgan las famosas Ordenanzas de la Huerta, consideradas como el primero y acaso el único código rural español. Aunque reformadas en algunos aspectos, siguen vigentes en nuestros días y es el Consejo de Homes Buenos, el que administra la política de riegos basada en dichas ordenanzas.

A lo largo de este siglo se vive una etapa de prosperidad. El sistema de riego de la huerta está casi ordenado y florecen los oficios artesanos que dan nombre a las actuales calles del casco histórico.

 

SIGLOS XV-XVI, ÉPOCA MODERNA 

Época moderna

La prosperidad del Renacimiento y la estabilidad que los Reyes Católicos otorgan a su reino se hace notar en Murcia y se afianzará con los Austrias. Bajo el reinado de Felipe II los murcianos, liderados por el Marqués de los Vélez, sofocan la rebelión de los moriscos de Granada y así se concede a Murcia el título de «Muy noble y muy leal«.

En esa época se dedican los murcianos al cultivo de los cítricos y de la morera, base de la crianza del gusano de seda, cuya producción fue extraordinaria. Existían talleres y fábricas que sustentaban un comercio próspero que se extendía por todo el mundo.

 

SIGLOS XVI-XVII, EL REINADO DE LOS AUSTRIAS 

El reinado de los Austrias

Durante los siglos XVI y XVII, los períodos de estabilidad política favorecen el desarrollo económico y cultural. La economía se fundamenta en la agricultura, con la expansión de los regadíos y cultivos de cereales, agrios y vid. El comercio de la seda siguió siendo de extraordinaria importancia. Murcia exportaba seda y productos agrícolas.

Se construye en ese período, entre otras edificaciones, el edificio del Contraste de la Seda y el Almudí, nobles edificios en los que se centralizaba el comercio de la seda y el de los cereales respectivamente.

El Almudí es en la actualidad un Centro de Arte dependiente del Ayuntamiento de la Ciudad y en el que se aloja el Archivo Histórico de Murcia.

SIGLO XVIII, MURCIA BARROCA 

Instauración de la Dinastía Borbón: la Murcia Barroca

Pero es en el siglo XVIII cuando la ciudad adquiere un gran esplendor. Es el llamado siglo de oro de Murcia. La ciudad, con su ejército al mando del Obispo Belluga, durante la Guerra de Sucesión había luchado al lado del aspirante al trono y futuro monarca, Felipe V, de la Casa de Borbón, por lo que Murcia recogería el fruto de dicho apoyo.

Durante este período tienen lugar grandes transformaciones urbanas y administrativas, impulsadas por grandes personalidades murcianas cercanas a la Corte en puestos de responsabilidad, como el Cardenal Belluga o el Conde de Floridablanca. Se acometen las obras del Puente Viejo, la Fachada Barroca de la Catedral, el Palacio Episcopal, así como un buen número de Casas Palacio, Monasterios, Conventos e Iglesias, con bellísimos retablos y rematadas con cúpulas revestidas de tejas azules y verdes. Murcia conserva todavía en su casco antiguo la impronta barroca de aquellos días.

También es en el siglo XVIII, cuando el murciano Conde de Floridablanca, ministro de Carlos III, ordena el primer censo de población. Eran entonces 63.665 habitantes, de los que 29.015 vivían en los caseríos de la Huerta atendiendo los cultivos agrícolas y 11.927 habitaban en el campo, en terrenos de secano.

Es en el siglo XVIII la vida artística e intelectual de la ciudad alcanza su máximo esplendor. Es la época de escultores de la talla de Francisco Salzillo, de su padre Nicolás, o de Roque López entre otros. También lo es de pintores y orfebres que dedicarían su trabajo a la ornamentación de iglesias, conventos o casas de familias de la alta burguesía. Surgen una gran cantidad de gremios y cofradías que rivalizan en la celebración de procesiones y solemnidades religiosas de hondo calado artístico. Es una época en la que en la ciudad se celebraban brillantes actos y festividades, organizadas desde las órdenes religiosas, con el apoyo de la Corporación Municipal.

La mayoría de las fiestas constituían manifestaciones artísticas y de culto que, por suerte, han llegado hasta nuestros días. Otras están siendo reencontradas desde los diferentes barrios y asociaciones ciudadanas. Son muestras de la peculiar idiosincrasia de los murcianos y confieren a la ciudad una gran singularidad. La Semana Santa murciana o las numerosas y diferentes representaciones del tradicional Belén de Navidad, tienen su origen en la época del Barroco que, para los murcianos, como en otros lugares de Europa, fue el siglo de las luces.

 

SIGLO XIX, MURCIA CONTEMPORÁNEA

Murcia Contemporánea

Durante el siglo XIX Murcia sufre muy directamente la inestabilidad provocada por la Guerra de la Independencia y los vaivenes políticos de las guerras entre carlistas e isabelinos o por la instauración de la 1ª República hasta la restauración de la Casa de Borbón. No obstante, en este siglo se crea la Universidad Libre, como anticipo de la oficial que se crearía en 1915. Se implanta totalmente el alumbrado por gas y en 1893 se establece la primera central de alumbrado eléctrico. Se continua la labor urbanística de la ciudad. De este siglo data el edificio central del Ayuntamiento de Murcia, iniciándose la construcción del Casino de Murcia, bellísimo edificio en el que diferentes estilos arquitectónicos y ornamentales que van del clasicismo griego al estilo inglés , pasando por el nazarí o el barroco, están representados.

 

La Reina Isabel II viene a Murcia en 1862 para inaugurar el Teatro de los Infantes, hoy Teatro Romea , el Jardín de Floridablanca y la primera línea de ferrocarril que uniría a Murcia con Albacete.

 

SIGLO XX, URBANISMO Y CULTURA 

Murcia, urbanismo y cultura

Con la creación de la Facultad de Derecho en 1915, se inicia una época de renovación y vida activa. El murciano Juan de la Cierva inventa el autogiro. La Universidad es un foco impulsor de la literatura, las artes y las ciencias, así como de la investigación.

 

En las últimas décadas del siglo XX, la ciudad, asentada sobre sólidas bases políticas y socio económicas, inicia una labor de construcción y rehabilitación urbanísticas, espectacular. A los nuevos barrios, ensanches y zonas ajardinadas, se unen la rehabilitación y mejora de numerosos edificios del Patrimonio Artístico, de las plazas y calles del casco histórico y la realización de numerosas infraestructuras que la ciudad en su crecimiento demanda. Se construye, según proyecto de Rafael Moneo, el edificio que amplía el antiguo Ayuntamiento, el Auditorio y Palacio de Congresos, y la Biblioteca Regional; así mismo se construyen nuevos puentes de diseño modernista sobre el río Segura, que dotan al municipio de una mejor comunicación entre barrios y pedanías y, a su vez, con las salidas hacia el litoral murciano.

 

La gran labor urbanística en este periodo se ve complementada por una actividad cultural importantísima. Se crea una amplia red de Museos y, a lo largo de todo el año, tienen lugar toda clase de ciclos culturales, conciertos, representaciones teatrales, exposiciones de arte y otras actividades lúdicas y festivas que hacen de Murcia una ciudad en donde siempre ocurre algo, en donde cada día es posible asistir a algún evento de tipo cultural o de ocio.

 

NUESTROS DÍAS, LA ACTUALIDAD 

Nuestros días

Murcia se ofrece a los murcianos y visitantes próspera, moderna y dinámica, conservando su calidez y barroquismo. El murciano está siendo cuidadoso con el urbanismo y el medio ambiente; las nuevas construcciones urbanas, contrapunto de las de siglos pasados, dotan a la ciudad una modernidad que casa perfectamente con la tradición.

 

Es importante señalar que uno de los símbolos de la ciudad de Murcia, asumido por sus gentes, es la Matrona del Almudí (1575), relieve en piedra existente en la fachada de este hermoso edificio: una mujer que amamanta a un niño extraño mientras el suyo propio los contempla. Esta imagen simboliza la hospitalidad de la Ciudad de Murcia con los de fuera, con todos aquellos que vienen a visitarla.

 

la ciudad de Murcia fue fundada por Abderramán II en el año 825

Por muchas razones. Entre otra, desarrolló y aumentó el nivel socioeconómico de la ciudad, tumbó las rebelión musulmana con la ayuda de Jaime I y muchos más detalles.

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