Sumérgete en el esplendor arquitectónico y espiritual de la Catedral de Murcia, una joya gótica con fachada barroca, que ha perdurado en el tiempo como testigo mudo de la historia de esta encantadora ciudad española. Con sus imponentes bóvedas y cautivadores vitrales, esta majestuosa estructura es un crisol de arte y devoción, envolviendo a quienes la visitan en un aura de serenidad y asombro.
Desde su construcción en el siglo XIV, sobre lo que era la mezquita mayor de Murcia, la Catedral ha sido más que un simple edificio de culto; ha sido un punto de encuentro para las almas en busca de paz y significado. Cada capilla, cada detalle tallado en piedra, narra una historia que se entrelaza con la vida y las tradiciones de los murcianos a lo largo de los siglos.
La grandeza de este monumento no se limita a su impresionante arquitectura, sino que también abarca su papel como epicentro cultural y espiritual. A lo largo de los años, ha acogido una gran variedad de eventos, desde ceremonias religiosas hasta conciertos y exposiciones artísticas, enriqueciendo así el tejido social de la comunidad.
Visitar la Catedral de Murcia es sumergirse en una experiencia enriquecedora, una oportunidad para conectar con la historia viva y las raíces profundas de la ciudad. Ya sea admirando sus intrincados detalles arquitectónicos, escuchando el eco de los cánticos corales o simplemente sumergiéndose en su atmósfera serena, este lugar sagrado te invita a descubrir la esencia misma de Murcia y a encontrar tu propio significado en su eterna grandeza.
Si tuviéramos que definir con una sola palabra la Catedral de Murcia, tal vez la más acertada sería HUELLAS, evidentemente, por ser éste el nombre de la importante exposición celebrada durante el primer semestre del año 2002; pero, sobre todo, por su pasado – ya que nada mejor que este extraordinario edificio para reflejar la memoria del tiempo, el arte y la historia de Murcia– y por su presente y futuro.
Para el murciano -al que no le es indiferente, pues quiere, siente y se enorgullece de su catedral- y para el visitante porque dejará una impronta inolvidable en sus retinas.
Interior de la catedral
El edificio se construyó sobre el terreno que ocupaba una antigua Mezquita Mayor árabe. En el año 1385 se iniciaría la cimentación, en 1.388 se pondría la primera piedra y en 1.394 se comenzó la obra nueva, consagrándola en octubre de 1.467.
El transcurso de los siglos hizo que en ella se conjugasen diferentes estilos: Gótico, Renacimiento y Barroco, que junto con sus rasgos propios que han hecho de ella una obra ecléctica.
La Torre-Campanario (1521-1791) mide 90 metros de altura (95 con la veleta), siendo distinta la anchura de los cinco cuerpos que la componen. Es una magnífica y feliz conjunción de diversos estilos.
Francisco y Jacobo Florentino son los autores del primer cuerpo, de planta cuadrada, de estilo renacentista con ornamentación del plateresco hispano. El segundo cuerpo, realizado por Jerónimo Quijano, corresponde a una fase más purista del mismo estilo.
El tercer piso es de estilo barroco, el cuerpo del campanario rococó y el remate cupulado de acento neoclásico lo trazó Ventura Rodriguez. Destacan en el cuarto cuerpo los llamados «conjuratorios», desde los que se conjuraban las tormentas con el Lignum Crucis.
Las Campanas, a excepción de la llamada «Mora» (siglo XIV), que se conserva en el Museo de la Catedral, son del siglo XVII y XVIII. Todas ellas tienen nombre: la de los Conjuros, la Catalana, la de la Oración, la Fuensanta, la Concepción, la Segundilla…, siendo la principal de todas la mayor, también llamada Agueda-martillo.
Las veinticinco campanas han servido desde tiempo inmemorial para anunciar a los murcianos las temibles riadas, así como las guerras, pero también celebraciones, alegrías y festividades.
El interior es en su mayor parte gótico. Su trazado es de tres naves con girola y capillas. Estas últimas se dedican a los santos patronos de los gremios, y enterramientos de obispos y nobles que fomentaron o colaboraron en su construcción.
Entre sus capillas (23) hay que destacar la Capilla de Girola, llamada de los Vélez, de estilo gótico flamígero, con una impresionante cúpula estrellada de diez puntas, la Capilla de Junterones, una de las grandes obras del renacimiento español, la de la Inmaculada, barroca… También destacan la sillería plateresca del coro, el trascoro, la portada de la antesacristía etc.
En el altar mayor se conservan el corazón y las entrañas de Alfonso X que así lo dispuso en su testamento en prueba de su amor a Murcia y la fidelidad que la ciudad le demostró.
El exterior de la Catedral
La Puerta de los Apóstoles (1488. Diego Sánchez de Almazán), de estilo gótico, así llamada por las esculturas de los cuatro apóstoles en las jambas. Hay un escudo en honor de la reina Isabel II.
La Capilla del Marqués de los Vélez sobresale de la planta de la catedral, lo que provocó un conflicto en su momento por el estrechamiento de la plaza y la calle. De planta poligonal, está adornada con el escudo de los Chacones y el de los Fajardos, sostenido por dos hombres salvajes, resaltando también la cadena de piedra que la recorre.
La Puerta de las Cadenas: tiene dos cuerpos: el inferior, del siglo XVI, y el superior, del siglo XVIII. En la portada renacentista aparecen tres relieves de los hermanos San Leandro, San Isidro y San Fulgencio.
La Fachada Principal, joya del barroco internacional de excepcional belleza, se proyecta como una fachada retablo conjugando originalidad y síntesis de los conceptos típicos del barroco.
Única en su género, se levantó a iniciativa del Cabildo, con ayuda del Cardenal Belluga -cardenal en Roma y gran benefactor de la ciudad- e intervención de la Corona, y fue realizada por Jaime Bort, de estilo Barroco-Rococó.
La Exaltación de la Virgen María -a quien está consagrado el templo- y la glorificación de la Iglesia se conjugan en el impresionante imafronte.
Está configurada en dos cuerpos horizontales divididos por grandes columnas corintias sobre altos pedestales, con una enorme exedra central y tres calles verticales, a cada una de las cuales corresponde una puerta.
Destacan la hornacina central de la coronación de la Virgen, el ventanal del segundo cuerpo, el altorrelieve de la Asunción, las figuras de los cuatro Santos de Cartagena (S. Fulgencio, S. Leandro, S. Isidoro y Sta. Florentina), la estatua de Femando III el Santo…
Catálogo en piedra de la historia y del arte en Murcia, y unidas en cuerpo y alma
«Murcia es la Catedral, la Catedral es Murcia, una no se concibe sin la otra»
Historia de la Catedral de Murcia
El origen del templo Catedral está íntimamente vinculado a los avatares de la Reconquista del Reino de Murcia, realizada por el príncipe Alfonso (futuro Alfonso X el Sabio) entre 1243 y 1245.
La Diócesis Cartaginense, desde la baja romanidad hasta mediados del siglo XIII, tuvo su sede en la ciudad de Cartagena de donde recibió, y aun conserva, su nombre.
Inmediatamente después de la recuperación del Reino por la Corona de Castilla se procedió a la reinstauración de la Diócesis en la vieja ciudad portuaria, para trasladarla años más tarde a la ciudad de Murcia de forma oficial (1291), pues de hecho funcionaba como tal desde el 1278, año en que Alfonso X (1252-1284) concede al Cabildo de Murcia un «filo de agua» que se sacaba del Alcazar, para uso en la «Eglesia Cathedral de Sancta María de Murçia».
En 1247 el Papa Inocencio IV (1242-1254) dirige una Bula al Rey Fernando III el Santo (1230-1252) invitándole a que reedifique la Iglesia Catedral, pero la fecha de la Bula parece señalar que se está refiriendo a la vieja Catedral de Cartagena, ciudad que había sido reconquistada en 1244.
El rey Sancho IV (1284-1295) se dedica con gran interés a ordenar la administración del Reino de Murcia y a definir las relaciones administrativas con su Iglesia.
En 1285 concede al Cabildo de la Catedral murciana un privilegio para que use las mezquitas, y entre ellas la mayor. Privilegio que se hacía a semejanza del de Sevilla, y que es reiterado de nuevo en 1289.
En carta plomada fechada el 26 de mayo de 1291, y tras la aprobación del Papa Nicolás IV (1288-1292) por Bula de 1289, el rey don Sancho autoriza el traslado de la Sede episcopal de Cartagena a la ciudad de Murcia, pero con la expresa condición de conservar su antiguo nombre de Cartagena.
Tanto Alfonso X como Sancho IV asignaron a la restaurada Diócesis un amplio territorio, que abarcaba parte de las actuales provincias de Alicante, Albacete, Granada y Almería.
Según una constantes histórica de la Reconquista, cuando las tropas cristianas se instalaban en una ciudad de inmediato organizaban el culto y la liturgia cristianas sobre los lugares donde habían estado las mezquitas, por eso siempre se ha aceptado como válida la suposición de que el templo dedicado a Santa María la Mayor de Murcia se ubicó sobre la Mezquita Mayor de la ciudad.
Se ha afirmado, sin ningún dato documental ni prueba arqueológica alguna, que esta mezquita ocupaba lo que hoy son el claustro y plaza de Cadenas. Lo que sí consta documentalmente es que la mezquita fue consagrada al culto cristiano en el año 1266 por los obispos de Barcelona y Cartagena en presencia del rey aragonés Jaime I.
Una vez consagrada al culto cristiano, la Mezquita Mayor sirvió, hasta 1320 aproximadamente, como Catedral dedicada a Santa María la Mayor, con las modificaciones e incorporaciones que se le fueron haciendo para adaptarla al nuevo culto.
A finales del siglo XIII, 1291, el rey Sancho IV comunica al cabildo de la Iglesia de Cartagena, en carta plomada, que le envía quinientos maderos, que se aprovecharán para hacer nuevas cubiertas en todo el templo, y en la misma carta se dice cómo el obispo y cabildo trabajan «tiempo ha» por mudar la Sede episcopal a la ciudad de Murcia.
Es decir, el obispo y cabildo piden que, a la vez que se envía ayuda para la restauración de la mezquita se conceda también el traslado de derecho de la Sede a Murcia, pues de hecho ya lo estaba desde 1266.
Sobre cual era el emplazamiento exacto de la mezquita es algo que aun está por probar, pero según la referencia dada por el Fundamentum Ecclesiae Cartaginensis parece que estaba construida en la zona que hoy ocupa la plaza de la Cruz y el claustro, y en su patio delantero se construyó el actual templo cristiano.
Primeras construcciones
Lo primero que se construye de nuevo, hacia 1295, es la capilla de San Judas, cuyo emplazamiento venía a coincidir con la actual puerta de la Plaza de la Cruz por la parte de dentro hacia la torre actual, es decir, más o menos donde está la cabecera de la capilla del Obispo, o del Cristo del Consuelo.
Esto es lo que deduce del texto de la permuta de la capilla de los Agüera: «por la necesidad de hacer una puerta a la Trapería, como para hacer la torre nueva». La mención de la construcción de esta capilla es interesante por ser el primer anexo que se hace a la desaparecida mezquita, y, por tanto, su situación marca uno de los cerramientos que se dio a la primitiva iglesia construida en el templo musulmán.
Si a esto añadimos la secular tradición de recinto sagrado que ha tenido siempre la Plaza de la Cruz, cabe suponer que allí estuvo ubicado el Altar Mayor, levantado entre la arquería de la mezquita.
El jurista murciano Jacobo de las leyes, que trabajaba el servicio del rey Alfonso X, fue un gran impulsor de la construcción del primitivo templo gótico, por lo que en 1295 se le concede a su viuda un sitio para su sepultura ubicado entre la Puerta de la Plaza de la Cruz y la Sacristía actuales, con la condición que la fábrica se hiciese de cantería y lo bastante resistente para construir sobre ella una torre-campanario. Torre que pervivió hasta que se comenzó a construir la actual en la segunda década del siglo XVI.
Fue don Pedro de Peñaranda (1337-1351) el Obispo que adaptó de forma más profunda la vieja mezquita hispano-musulmana, dejando parte de ella con destino a Claustro y otra parte para la antigua Catedral, que ocuparía lo que hoy es la Plaza de la Cruz.
Dice Ponzo (Ms. f. 36) que a ese primer templo:
«se entraba por un arco muy grande que está tras el banco que hay pintado a la puerta del actual vestuario. El coro estaba bajo la actual torre, y el Altar Mayor donde está la Cruz de Piedra en medio de la Plaza, y la puerta principal a la Trapería».
La cuestión de los orígenes del actual templo catedralicio es bastante compleja, pues existen tres fechas distintas documentadas correspondientes al comienzo de las obras: 1345, 1385 y 1394; pero dado que se trata de copias posteriores y no de originales es fácil suponer la confusión de tales fechas en su lectura. Por tanto, podemos concluir que en 1345 se inicia la primera iglesia, con arcos apuntados entre su nave y sus capillas.
Hacia 1360 se piensa que el templo proyectado es demasiado pequeño, por lo que se plantea una nueva solución global, incluyendo claustro e iglesia, que, más o menos alterada, es la que ha llegado hasta nuestros días.
En 1385 se inicia la cimentación, en 1388, o en 1394, según la opinión más admitida, el día 22 de enero, se pone la primera piedra, siendo obispo Don Fernando de Pedrosa (1384-1402), y se concluye la obra en 1465, durante el obispado de Don Lope de Rivas (1463-1474), que hizo el traslado del Santísimo Sacramento el 24 de enero de 1465, y dedicó el templo construido en Murcia, por concesión del Papa Paulo II (1464-1471) a catedral de la Diócesis de Cartagena.
Es, pues, en la fecha de 24 de enero cuando quedó fijada la Fiesta de la Dedicación de la Catedral, destinándose la capilla de la Visitación como el lugar donde debían celebrarse los aniversarios. En realidad, con esta data, 22 de enero, se conmemoraba el comienzo de las obras de la Catedral en 1394 y, ya terminadas, su consagración y dedicación.
Por tanto, el tiempo que duró la ejecución de las obras de la Catedral fue de 75 años.
En 1398 llegan a Murcia varios canteros para incorporarse a las obras de la Catedral, ya en plena actividad. Las primeras capillas en concluirse fueron las de la cabecera, porque ya en 1402 era enterrado el obispo Pedrosa «in capella quam in capite» nos dice el Fundamentum (f. 24).
Pero el crecimiento de las obras era rápido, pues en 1406 hay ya una capilla completamente terminada (que será la que en 1467 se cede a Diego Rodríguez de Almela), y en 1410 se hace el primer retablo.
En 1413 debían estar cubiertas las bóvedas de la nave central, al menos hasta la altura del coro, para las que el ayuntamiento colaboró con 200 florines de oro, que se entregaron al obrero mayo, pero señalando que deseaban que «quedara remembranza para siempre cómo la çibdat avia fecho ayuda» (A.M. AA. CC. de 4 de marzo de 1413).
Para incrementar los ingresos con destino a las obras de la fábrica se impuso el pago del catedrático y de las pilas, o quintas casas, más las penas pecuniarias con que sancionaba la jurisdicción eclesiástica determinados delitos.
Por el año de 1428 encontramos al maestro mayor de las obras, Sancho Fernández de Villalobos, gobernando un amplio equipo de trabajadores que terminaban las bóvedas del coro, los pies de la iglesia, algunas capillas laterales, la terminación de la fachada y el pasadizo del Obispo Bedán (1415-1442). Entre 1420 y 1435 se fundan varias capillas privadas, casi todas de Patronato.
Entre 1448 y 1490 se construyen los brazos del crucero y sus portadas, bajo la dirección del maestro mayor Diego Sánchez de Almazán. Es en estos años cuando el obispo Comontes (1442-1462) escribe su Fundamentum Ecclesiae Cartaginensis, con la intención, además de otras muy importantes, de regular las distribuciones diezmales, resolver ciertos conflictos en el cobro de las tercias reales y organizar los donadíos de Alguazas y Alcantarilla, que por entonces se parten mitad por mitad entre el Obispo y Cabildo, y a cuyos vecinos vemos trabajando en las obras de la Catedral.
Al obispo Don Lope de Rivas, confesor de la reina Doña Juana de Portugal, esposa de Enrique IV de Castilla (1454-1474), se debe la implantanción del mencionado impuesto de las pilas, o quintas casas diezmales, para las obras del Templo Catedral, que coincide con la construcción de la fachada de poniente y la ampliación de la plaza que quedaba entre el desaparecido palacio de los obispos y los pies del templo catedralicio.
Cuando en 1465 el templo estaba terminado en lo principal «institutum fuit festum dedicationis», es cuando, como hemos dicho, se instituye la Fiesta de la Dedicación, a celebrar en la capilla de la Visitación el día 24 de enero.
En la girola, cuyas capillas fueron las primeramente construidas, surge la primera modificación constructiva hacia 1490, con la iniciación de las obras de la Capilla de los Vélez.
Los Chacón y la Catedral de Murcia
Sabemos que desde 1480 los Chacón ya tenían capilla en la girola de la Catedral, donde una década después Don Pedro Fajardo, casado con la hija del Adelantado de Murcia, iniciaba la actual capilla funeraria, inspirada en la que el Condestable de Castilla se había mandado hacer en Burgos.
Fue concluida el 15 de octubre del año 1507. Entre ambas capillas, ésta y la de Burgos, hay numerosos elementos comunes: planta central poligonal, cubierta con cúpula estrellada, utilización de escudos con lambrequines como elementos ornamentales, presencia de salvajes tenentes y presencia de la cadena, relacionada simbólicamente con el poder del Adelantado.
La decoración interna de la capilla se conforma con entrelazos vegetales, paños de hojarasca y un remate almenado con torreones. La capilla, sin embrago, permanece como obra anónima.
De las tres portadas de la Catedral, la de los Apóstoles, en la parte derecha del transepto, es la más antigua. Las obras comienzan hacia 1465, siendo maestro mayor Diego Sánchez de Almazán.
Su estructura responde a un tipo relativamente frecuente en el área levantina, con precedentes muy cercanos en la Catedral de Valencia. Su estilema es muy amplio, como corresponde a este tipo de obras del llamado gótico horizontal. Tuvo un parteluz medieval, que fue desmontado a finales del siglo XVIII.
En el lado izquierdo del transepto se encuentra la portada de la Cruz. Para su construcción hubo que demoler la vieja fachada gótica y se planteó la construcción del cuerpo bajo de la actual fachada.
Las obras comienzan hacia 1512, se conforman con un gran arco abocinado, y finalizan hacia 1515. A finales del siglo XVIII José López introduce en ella varias modificaciones, añadiendo la peineta o espadaña que la corona.
La portada principal. Se encuentra enmarcada en la gran facha barroca. La historia de este gran imafronte se inicia con la demolición de la fachada renacentista y la llegada a Murcia de Jaime Bort, maestro mayor de Arquitectura de la ciudad de Cuenca, que en febrero de 1737 firmaba con el Obispo y Cabildo de la Catedral de la ciudad de Murcia el contrato de obligaciones y condiciones para su construcción.
Tras varias peripecias y la marcha de Jaime Bort a la Corte, sustituido aquí por otros maestros arquitectos, la obra es terminada en 1751. Con su ornamentación escultórica, las columnas y los abundantes relieves, la fachada se asemeja a un incomparable y monumental retablo barroco.
Capillas de la Catedral de Murcia
La Catedral de Murcia, un monumento que trasciende los siglos, es una joya arquitectónica y espiritual que ha sido testigo de la historia y la devoción de esta encantadora ciudad española.
Capillas y Patronato:
Las capillas y hornacinas que adornan los muros y machones del templo fueron mayormente de patronato. Desde temprano, el Cabildo vendía las capillas construidas, mientras los patronos se encargaban de dotarlas de altares, retablos, ornamentos y asumir los gastos de su mantenimiento. Sin embargo, hacia el siglo XVIII, al notar que muchas estaban desatendidas, el Cabildo solicitó a los patronos que cumplieran con sus obligaciones o dejaban las capillas.
Capillas Antiguas:
La más antigua documentada data de 1295, concedida a Jacobo de las Leyes, que se ubicó en la torre medieval y se dedicó a los Santos Apóstoles Simón y Judas. Fue suprimida en 1515, cuando se demolió la torre gótica para construir la portada de la Cruz y la torre renacentista. A cambio, sus descendientes recibieron una nueva capilla en la Puerta del Pozo y otra en la capilla del Corpus (hoy de San Antonio).
En 1388, el obispo Pedrosa fundó la capilla de San Jerónimo o del Corpus (actualmente de San Antonio), donde fue enterrado en 1402. También se la conocía como de la Cena debido a un cuadro representando este motivo pictórico.
Capillas de Singular Belleza:
Entre las capillas destacan la de Junterones, construida hacia 1541 por mandato del Arcediano de Lorca, con un esquema arquitectónico de eje central en arco de triunfo. Presenta una decoración exquisita con figuras de las Sibilas y un relieve del Nacimiento y Adoración de los Pastores. Y sobre todo la Capilla de los Vélez de la que hablaremos.
La capilla mayor, datada antes de 1412, presenta espléndidas bóvedas nervadas y una magnífica reja gótica realizada por Antón de Viveros a finales del siglo XV. El retablo actual es neogótico y fue obra de Pescador.
Otras Capillas Relevantes:
La Catedral alberga numerosas capillas de gran valor histórico y artístico. Algunas de ellas son: la del Trascoro o de la Purísima Concepción, la de San Francisco de Asís, la del Santo Cristo del Milagro, la de San Ignacio de Loyola, la del Socorro y muchas más.
La Catedral de Murcia es un lugar de encuentro con el pasado y la espiritualidad. Sus capillas, retablos y esculturas narran la rica historia y devoción de la ciudad a lo largo de los siglos. Como símbolo de patrimonio cultural y religioso, la Catedral sigue siendo un faro de esplendor para todos sus visitantes, manteniendo viva la identidad y tradiciones de Murcia.
EL CORO DE LA CATEDRAL
Las bóvedas que cubren el recinto del Coro de la Catedral son de tracería gótica. Su construcción terminó en el año 1462, al finalizar el episcopado de D. Diego Comontes. Sobre los grandes pilares con haces de columnas y los capiteles de tipo vegetal se elevan las bóvedas, cuyos nervios se unen en el centro y como adorno tienen en las claves un florón. Por los lados de las naves laterales cierra el coro un ancho muro de poca elevación, perteneciente al gótico florido.
Es obra de finales del siglo XV o principios del XVI y está coronado por una bella crestería con cardina. Por el exterior, en cada uno de los tramos, se abren tres huecos dedicados a las capillas, menos las que sirven de acceso al coro.
Por encima de dicho muro se elevan unos pilares con haces de columnas adosadas y con capiteles de tipo vegetal de los que nacen seis arcos apuntados que corresponden a las capillas exteriores.
En la parte superior de los mencionados arcos hay cuatro vidrieras de Maumejean, también apuntadas, que dan luz al interior del coro.
Sillería primitiva
La primitiva sillería era de nogal de buena calidad. Se hizo a mediados del siglo XV, cuando se consagró la Catedral, en 1467. Era gótica afiligranada. Se construyó siendo Obispo de Cartagena D. Lope de Rivas. Esta sillería, ya deteriorada, fue sustituida después de varias tentativas, por el Cabildo en Marzo de 1790.
La obra fue realizada por el maestro carpintero de la Catedral Francisco López Reyes, siguiendo el proyecto de D. Alfonso Regalado.
Se realizó la obra con madera de nogal y, tras doce años de trabajo, se inauguró la nueva sillería el 23 de Octubre de 1803. Esta sillería de estilo neoclásico prestó servicio durante unos cincuenta años, hasta que fue pasto del incendio del 4 de Febrero de 1854.
Sillería actual
En el año 1854, se produjo el incendio que destruyó el Coro y el Retablo de la nave central, era Obispo de Cartagena D. Mariano Barrio Fernández.
A la actividad desplegada por este Obispo se debe la R.O. de Isabel II, concediendo a la Catedral de Murcia la valiosísima sillería, que perteneció al extinguido Monasterio Bernardo de San Martín de Valdeiglesias, y que se hallaba en la Universidad de Madrid destinada a ser colocada en la Iglesia de San Jerónimo el Real.
Esta sillería se instaló bajo la dirección de José Pérez Benito, que posteriormente realizó el sillón episcopal. El autor de esta sillería fue el tallista Rafael de León, realizando su obra en San Martín de Valdeiglesias entre los años 1567 y 1571. La sillería es de estilo plateresco avanzado y extraordinariamente rica de talla.
La sillería se compone de dos secciones, una inferior y superior la otra. En la parte inferior hay una serie de escenas del Antiguo Testamento, y en los pedestales que las separan se ven figuras de vicios y virtudes, alusivos a lo que representa el relieve anterior. Sobre las escenas mencionadas se alzan, cobijados bajo hornacinas aveneradas, figuras de bajorrelieve, de gran tamaño, de diferentes santos de la Orden de San Bernardo y San Benito.
Por encima de este conjunto corre un friso estrecho con cabezas de Serafines y sobre él el guardapolvo formado por una composición de niños pequeños, mascarones, jarrones y frutas.
Remata el conjunto de la sillería una magnífica crestería formada por figuras de santos intercalados con medallones de ejecución y estética admirables.
La sillería baja es de menor calidad y se echa de ver la mano de uno o varios ayudantes de Rafael León, y la suya en los rostros de los Profetas y en algunas tablas que acusan la impronta del artista, como acontece en las escenas de la Presentación y de la Crucifixión.
Las escenas de la sillería baja son de fácil identificación, ya que es fácil reconocer cada una de ellas, acompañada antes o después por su correspondiente Profeta.
Las escenas rectangulares de la sillería alta merecen la pena enumerarlas:
- lª. Juicio de Salomón.
- 2ª. Judit y Holofernes.
- 3ª. Muerte de Urías.
- 4ª. Saúl intenta matar a David.
- 5ª. David vence a Goliat.
- 6ª. Sansón vence a un león.
- 7ª. Arca de la Alianza.
- 8ª. José explica los sueños del Faraón.
- 9ª. Tablas de la Ley.
- 10ª. La zarza ardiendo.
- 11ª. La serpiente de bronce.
- 12ª. Abraham despide a la esclava.
- 13ª. José y la mujer de Putifar.
- 14ª. Arca de Noé.
- 15ª. Tentaciones de Job.
- 16ª. Unción de David por Samuel.
- 17ª. José metido en una cisterna.
- 18ª. Esaú y Jacob.
- 19ª. Huida de Caín.
- 20ª. Los sacrificios de Abel y Caín.
- 21ª. Adán y Eva expulsados del Paraíso.
- 22ª. Caín mata a Abel.
- 23ª. El General Jeú mata a Jorán.
- 24ª. Lucha de Jacob con el Ángel.
- 25ª. José vendido a los mercaderes.
- 26ª. Sueños del Faraón.
- 27ª. Lamentaciones de Job.
- 28ª. Noé y sus hijos.
- 29ª. El joven Tobías vuelve de su viaje.
- 30ª. Lot y sus hijos.
- 31ª. Adoración de Manasés y Efraín.
- 32ª. La serpiente de Moisés devora a las de los Magos del Faraón.
- 33ª. Moisés hace brotar agua de la roca de Horeb.
- 34ª. Israelita que blasfemó de Dios y su castigo.
- 35ª. Muerte de Sisara.
- 36ª. Traición de Dalila.
- 37ª. Job, recriminando a su esposa.
- 38ª. Huida de Absalón.
- 39ª. David y el Ángel.
- 40ª. Tobías queda ciego.
- 41ª. Exaltación de Ester.
La sillería es una de las más bellas de estilo plateresco de España, y muy rica en talla.
Tapa de Sarcófago
En 1961 fue levantado el piso viejo del Coro y en las excavaciones realizadas fue hallado un sarcófago, cerrado por una tapa muy interesante y artística.
Es de piedra arenisca, de 1,85 x 0,55, con imagen cuyo relieve alcanza una altura de 0,20. Se trata de un Obispo joven con ornamentos pontificales finísimamente labrados.
Evoca obras francesas, catalanas y levantinas del siglo XIV. Se cree que pertenece al Obispo D. Pedro Martínez de Peñaranda, que dispuso ser sepultado en el Coro de la Catedral.
Órgano de la Catedral
Por documentos consta que desde el año 1465 la Catedral disponía de un órgano para las solemnidades religiosas. En 1512, el Cabildo compró un órgano grande instalado por el maestro Antonio Ramírez que permaneció en el Coro hasta finales del siglo XVIII.
Tras el incendio de la Catedral, en febrero de 1854, el Obispo D. Mariano Barrio Fernández quiso adquirir un nuevo órgano de gran calidad. El órgano actual, de la casa Merklin Schutz y Cía. , constructora de órganos en Alemania, se inauguró el 8 de Julio de 1855. A pesar de las necesidades de su reparación y actualización imprescindibles, sigue siendo considerado uno de los mejores órganos de España.
Torre Campanario de la Catedral
Torre campanario de la Catedral de Murcia. Fotografía de Antonio López
La estructura más importante fue la torre campanario de la Catedral de Murcia. Con 93 metros de altura es la segunda torre más alta de España después de la Giralda de Sevilla. Comenzó a construirse en 1521 (siglo XVI). Pero no se terminó su construcción hasta 1793, debido a unos errores iniciales.
La Torre de la Catedral de Murcia cuenta de 5 plantas desde la cimentación hasta la linterna y veleta. El primero y segundo de los cuerpos se construyó relativamente rápido, ya que concluyeron en 1555. Pero a partir de aquí pasaron casi 2 siglos hasta que se completasen los tres cuerpos siguientes.
En el segundo, se instaló el archivo de la catedral, lugar elegido al ser zona inundable en las crecidas periódicas del río Segura.
La causa por la que se retrasase la construcción del tercer cuerpo y los dos restantes fue porque, bien por el asiento de los cimientos, o por error de cálculo, los dos primeros cuerpos están inclinados.
Por ello los cuerpos restantes se tuvieron que construir con una rectificación, poniendo más peso en el extremo de fuera.
En este cuerpo se instala el mecanismo del reloj, una obra monumental que se encuentra actualmente en desuso, ya que los relojes de la catedral funcionan actualmente de forma automática.
El cuarto cuerpo de la torre de la catedral de Murcia está exclusivamente dedicado a acoger la zona de campanas, o campanario de la catedral. En ella se sitúan 21 campanas, de distintos tamaños y de distintos años de fundición.
La más antigua es La Mora, que actualmente podemos ver en el Museo de la catedral, sustituyéndose en su lugar original por una réplica.
La campana más grande del conjunto campaneril es la denominada Santa Águeda. Pesa más de seis mil kilos. Seguida de la María Madre de dios, con más de cuatro mil kilogramos de peso. Además ésta es la campana que funciona de horaria, para dar el toque de campanas de las horas, no de los cuartos.
Actualmente todas las campanas de la catedral se accionan de forma automática, aunque también se pueden utilizar de forma manual. El último cuerpo de la torre campanario es para el mirador y la linterna.
En el Mirador hay una chapa en cada una de las ventanas del mirador con el dibujo de la parte de la ciudad que se ve desde esa ventana. Y en el punto más alto se sitúa la Linterna.
Antiguamente se colocaba leña y se prendía cuando había que avisar de algún peligro a los sitios colindantes, ya que desde más de 30 kms de distancia se llega a ver la torre de la catedral en línea recta y en llano. Actualmente está en deshuso y hay un punto geodésico.
Campanas de la Catedral de Murcia
A continuación detallamos las campanas del campanario de la catedral de Murcia.
Campana Santa Águeda
Es la campana más grande de la catedral, fundida en 1790 con 223 centímetros de diámetro y un total de 6421 kg.
Campana María Madre de dios
Esta campana está colocada en el lugar de las horarias. se fundió el mismo año que la anterior en 1790 y mide 202 centímetros. Mientras que su peso es de 4772 kgs. Tiene una abolladura en el la parte exterior de la campana, debido a la caída del Martillo manual para marcar las horas. Actualmente el toque de horarias se hace mediante un resorte y un sistema automático que acciona el badajo contra la campana.
Campana San José
Fundida en 1818 en el taller de Manuel Rosas, con 161 centímetros de diámetro y 2416 kgs.
Campana Nuestra Señora de Belén.
Fundida en la Emresa Nacional Bazán, en Cartagena en 1969, con 130 cm. de diámetro y 1272 kgs de peso.
San Victoriano, la Nona.
Fundida en 1889, con 124 cm. de diámetro y 1104 kgs de peso.
Fuensanta, la Catalana
Fundida en el taller de Juan Dencausse, en Barcelona en 1889, con 112 cm. de diámetro y 813kgs de peso.
San Leandro.
Fundida por Juan Albadalejo, en 1902, con 107 cm. de diámetro y 709 kgs de peso.
San Isidro
Fundida por Juan Albadalejo, en 1901, con 100 cm. de diámetro y 579 kgs de peso.
San Pedro
Fundida por Manuel Rosas, en Almería, en 1815, con 95 cm. de diámetro y 496 kgs de peso.
Santa Florentina
Fundida por Manuel Rosas, en Almería, en 1815, con 93 cm. de diámetro y 466 kgs de peso.
Cristo
Fundida por Francisco Muñoz en 1794, con 88 cm. de diámetro y 395 kgs de peso.
San Patricio
Fundida por Manuel Rosas, Almería, en 1815, con 81 cm. de diámetro y 308 kgs de peso.
La Mora Nueva
Fundida en 2002, con 76 cm. de diámetro y 254 kgs de peso.
Santa Bárbara Mayor
Fundida por Manuel Rosas en 1815, con 76 cm. de diámetro y 254 kgs de peso.
Santiago
Fundida por Manuel Rosas en 1815, con 73 cm. de diámetro y 225 kgs de peso.
Santa Bárbara Menor
Fundida por José Francisco Muñoz Agüera en 1762, con 72 cm. de diámetro y 216 kgs de peso.
Santo Tomás de Aquino
Fundida por Juan Albadalejo en 1902, con 67 cm. de diámetro y 174 kgs de peso.
San Agustín
Fundida por Manuel Rosas en 1815, con 57 cm. de diámetro y 107 kgs de peso.
Santa Cruz
Fundida en 1609, con 49 cm. de diámetro y 68 kgs de peso.
Santa María
Fundida por Juan Albadalejo en 1901, con 49 cm. de diámetro y 68 kgs de peso.
La Mora
Esta campana se encuentra en el Museo de la Catedral de Murcia y es la campana más antigua. Se sustituyó por la Mora Nueva debido a los daños que tenía la Campana antigua.
Fundida en 1383, con 76 cm. de diámetro y 254 kgs de peso.
San Gregorio
Esta campana se encuentra en la Espadaña, y es la encargada de tocar las señales horarias de los cuartos.
Fundida en 1609, con 33 cm. de diámetro y 21 kgs de peso.
Capilla de los Vélez
La capilla de los Vélez fue construida por el adelantado de Murcia, donde más tarde reposarían sus restos mortales. La capilla fue construida bajo el episcopado del Valenciano Rodrigo de Borja, o Borgia, como se solían llamar en Italia, que más tarde fue alzado a la máxima figura eclesiástica de la cristiandad como Alejandro VI.
La capilla fue terminada por la familia Fajardo, que ostentaban el marquesado de los Velez, de ahí el nombre de la capilla. Se trata de una capilla octogonal de estilo gótico en honor a San Lucas. En la parte exterior, se puede observar una cadena realizada de una misma pieza de piedra.
Leyenda de la cadena de la catedral de Murcia
Cuenta la leyenda (no está probado) que tras su diseño y elaboración, al arquitecto que la realizó le quemaron los ojos para que no pudiera volver a replicarla en otro sitio). Lo que sí está probado fue el pleito que la familia de los Fajardo tuvo con las autoridades de la ciudad, debido a que la construcción de la capilla supuso un estrangulamiento de la calle Olivares.
Altar mayor
Altar mayor de la Catedral de Murcia. Fotografía de Antonio López
En el Altar mayor de la Catedral de Santa María de Murcia reposan, en un sarcófago en la parte izquierda, el corazón y las entrañas de Alfonso X “El Sabio”. El retablo principal del Altar Mayor fue reconstruido debido a un gran incendio que hubo en el conjunto arquitectónico. En el mismo se quemó tanto el retablo antiguo del altar mayor como la bancada del coro. Bancada que fue sustituida por otra regalada por Isabel II a la Catedral de Murcia.
Otras Capillas de la Catedral
Capilla del Cristo del Milagro
Capilla del ultimo tercio del siglo XV. Retablo neoclásico con 4 columnas de capitel corintio. En su centro magestuosa, la imagen del cristo: una pintura al oleo del siglo XIX que muestra a Jesús en la Cruz acompañado de san Jerónimo y san Diego de Alcalá.
A ambos lados del cuadro principal: la oración de Jesús en Gesetmaní y la Flagelación. Dos pinturas sobre tabla realizadas entre los siglos XVI y XVII por el pintor murciano Artus Tizón.
Corona el retablo el corazón de Jesús, adorado por dos ángeles.
En la pared izquierda de la capilla podemos contemplar una imagen de la última cena, obra también de Tizón.
en la pared de la derecha la representación de la Santísima trinidad.
Cierra en el techo una bóveda con restos de pintura renacentista.
Capilla de la Catedral
La capilla conserva todavía el trazado gótico de finales del siglo XV, como muestra la bóveda de crucería con florón que la cierra en al tura.
Preside la capilla la imagen barroca del Corazón de Jesús, obra de Francisco Sánchez Araciel, de finales del siglo XIX.
En el Suelo, la lápida del obispo de Cartagena Tomás Bryan Livermore, fallecido en 1902.
En la parez de la izquierda un monumento funerario en honor al prelado.
Capilla de Junterones
Construida en 1541 por Jerónimo Quijano y fundada por don Gil Rodriguez de Junterón. La capilla está dividida en dos cuerpos, la primera parte es de forma rectangular, coronado en la parte superior por Cúpula y Linterna, y con dos pequeñas vidrieras con los escudos de Julio II y de Junterón.
En la pared de la derecha hay un cuadro con la imposición de la casulla a San Ildefonso.
En el centro un relieve en piedra de la Anunciación.
Curiosidades y Leyendas de la Catedral de Murcia
Son muchas las leyendas que sobre la catedral de Murcia Pesan y algunos mitos que no son ciertos. En estas líneas trataremos de dar cabida tanto a la leyenda como a la mitificación de algunas de ellas que han pasado como ciertas a lo largo de los años.
Corazón y entrañas de Alfonso X el Sabio
En el altar mayor de la Catedral, se encuentran los restos (Corazón y entrañas) del rey Alfonso X el Sabio. Si bien es cierto que los restos mortales del monarca se encuentran en la Catedral de Sevilla, ciudad que reconquistó su padre Fernando III (El Santo), una parte del rey Sabio fueron llevadas a Murcia.
Debemos tener en cuenta que en el testamento de Alfonso X el Sabio, dejó escrito que su corazón debía ser llevado al Monte Calvario en Tierra Santa, y sus entrañas a Murcia. Pero su corazón nunca llegó a Jerusalén. Junto con sus entrañas fueron guardadas en una urna y despositadas en la Capilla del Alcázar Mayor de Murcia.
Carlos V firmó el edicto mediante al cual se trasladarían los restos de Alfonso X el Sabio a la Catedral de Murcia, y dejó firmado que en el lugar donde se depositasen nunca debería ser sepultado nadie, por muy alto rango que tuviese. Los restos fueron finalmente depositados en una nueva urna renacentista construida al efecto en en 1525 que se colocó en el Presbiterio del Altar Mayor de la catedral
Chato Murciano en un capitel de la Puerta de los Apóstoles
Son muchos los detalles que hay escondidos en las esculturas de la Catedral de Murcia. Uno de ellos sin duda es, cuanto menos, curioso. Y es que en uno de los capiteles de la puerta de los apóstoles está tallado un cerdo de lo que puede ser la raza autóctona murciana llamado Chato Murciano. Es muy pequeño y hace falta tener una vista muy aguda para darte cuenta del detalle.
Obispo de Almería fuera de la hornacina en el exterior de la Capilla de los Vélez
Conocida es la enemistad del Marqués de los Vélez con el Obispo de Almería. No vamos a entrar en la causa, que tiene que ver con la lentitud en la construcción de las iglesias y catedrales en las ciudades de sus territorios. Tal fue la enemistad que El Obispo Villalán excomulgó al I Marqués de los Vélez. Éste cuando pudo le devolvió la afrenta, en este caso en la construcción de la Catedral de Murcia. Si os fijáis en la fachada Sur-Oeste de la Capilla de los Vélez, que se puede ver desde la Puerta de los Apóstoloes, en el segundo cuerpo, por encima de la cadena. Allí una hornacina aparece viuda, y en la parte de arriba la imagen de lo que se entiende que es el Obispo Villalán, representado sin la Mitra y con una faltriquera en la mano. Algunas crónicas dicen que don Pedro Fajardo dijo:
Antes iría al infierno que ver a Monseñor en el Cielo
¿Cuánto mide la Catedral de Murcia?
La Torre de la Catedral de Murcia mide 90 metros. 95 si contamos hasta la veleta. Es la segunda torre de catedral más alta de España, después de la Giralda de Sevilla
¿Cuántas campanas tiene la Catedral de Murcia?
La catedral de Murcia tiene un total de 25 campanas. La más antigua se llama La Mora (Museo de la catedral) y la más grande es Santa Águeda, con más de 6 toneladas de peso.
¿Cual es la advocación de la Catedral de Murcia?
Está construida bajo la advocación de la Virgen María. Por eso se llama Catedral de Santa María.
¿Cómo se llaman los 4 santos de Cartagena?
Los 4 Santos de Cartagena que se pueden ver en la fachada de la Catedral de Murcia son: San Isidoro, San Leandro, Santa Florentina y San Fulgencio. 4 hermanos.